Entre los modelos Toro y DZO de Enduro, para condiciones más húmedas y barro, y el Squale más polivalente pero menos extremo, el catálogo de Hutchinson tenía un hueco perfecto para la llegada de un nuevo modelo, el recién llegado Griffus.
Los corredores participantes del Racing Lab, el proyecto de Hutchinson en el que se colabora estrechamente con los corredores de los equipos patrocinados para desarrollar nuevos modelos en las condiciones más exigentes, ya había dado forma al Skeleton, el modelo de XC en el que trabajaron los integrantes del MMR Factory Racing como David Valero
Y tras éste los esfuerzos se centraron en desarrollar un neumático para las disciplinas Gravity que sirviera como complemento a los ya resistentes en su catálogo, como el Squale o el Toro, especialmente a éste segundo, el más usado por los corredores en las carreras de Enduro. Además, algunos pilotos como la nº1 Cecile Ravanel ya demandaban una goma más rápida en terrenos secos y rocosos, por lo que, el departamento de desarrollo de la marca francesa se puso a trabajar duro. Tanto que son los neumáticos que han ayudado a la francesa del Intense Mavic Collective, Isabeau Courdurier, a estrenar la temporada 2019 de Enduro ganando las dos primeras pruebas de las Enduro World Series en Rotorua y Tasmania.
Dos balones
Lo primero que ha hecho Hutchinson ha sido diseñar dos balones ligeramente distintos, de 2.40 y 2.50”, pensados inicialmente como neumático trasero y delantero específicamente.
Aunque el resultado final ha sido el de un combo de neumáticos que podemos usar indistintamente en ambas ruedas, al tener ambos unas características ligeramente distintitas y que pueden dar como resultado un mejor rendimiento en terrenos diferentes. De hecho, la propia Isabeau Courdurier ha montado la versión de 2,40 en ambas ruedas para ganar en las dos grandes citas del año hasta hoy.
Así, el 2,40” sería el más indicado si queremos maximizar la rapidez de pedaleo sin sacrificar ni agarre ni capacidad de retención (de frenada). También cuenta con unos tacos con una orientación y un ángulo distinto al de su hermano de mayor balón para hacer que sean un poco más rodador en terrenos veloces.
El 2,50” por su parte tiene unos tacos más altos, alineados los centrales con los laterales para mejorar la capacidad de frenada, y con un surco los primeros para aumentar la flexibilidad del taco para adaptarse mejor al terreno, y de paso, rascar unos gramos de peso. Es el que Hutchinson nos recomienda como delantero o simplemente en terrenos muy rotos y abruptos.
Ambos tienen la carcasa de 66 TPI con el tejido de refuerzo HardSkin, que va de lado a lado para proteger de cortes y roces, un refuerzo que además destaca por su buen peso y creando una estructura suficientemente robusta como para ser utilizados en eMTB. Hablando de pesos, Hutchinson ha facilitado las cifras declaradas, de 930 y 980 g en las versiones de 27,5” (2.40 y 2.50 respectivamente), y de 1.030 y 1.080 g en 29”. Las dos unidades de prueba que nos hemos traído a la redacción de BIKE desde Francia para hacer un test de larga duración han dado un peso de 1.054 y 1.078 g en 29” (2.40 y 2.50).
El Race Riposte Gravity es la goma elegida para elaborar el Griffus, el triple compuesto específico para disciplinas de las más agresivas, que consta de una base de dureza 92 (dura) sobre la que se levantan los tacos centrales de dureza 50a y los laterales de 40a, maximizando el agarre lateral.
Se pone a la venta solo en este tipo de carcasa reforzada, apuntando a lo más alto, con la versión tradicional negra o Tan Wall (marrón) en 27,5” y solamente en color negro en 29”, por ahora. El precio anunciado por Hutchinson es de 50,90€ para todos ellos.
Polvo, rocas, raíces…
Hutchinson nos ha llevado hasta uno de los diez Bike Parks mejor valorados según Red Bull, el Evo Bike Park al sur de Francia, un conjunto de 6 bajadas repletas de saltos dobles, mesetas y con dificultades más bien elevadas, para poner a prueba los Griffus.
Los tramos más verticales de sus bajadas catalogadas como rojas y negras nos han servido para comprobar la gran seguridad y estabilidad que transmiten a la bici, ya sea en altas velocidades como en plena frenada. Las curvas, peraltadas –como es habitual en los Bike Parks- y no peraltadas nos han transmitido cómo el trabajo realizado en los tacos laterales se transforma en precisión y en un margen muy elevado para trazar sin llegar a conocer el límite del neumático.
Pese a que el rebote de la goma, especialmente de la de dureza 40a, tiende a lento, sobre la marcha no transmiten pereza alguna, reaccionando instantáneamente al pedaleo y sin llegar a lastrar en exceso en tramos pedaleadores. Un gran trabajo por parte de los franceses.
Comenzamos a montar con presiones de 1,5 y 1,6 bar, y pronto tras un par de bajadas nos pide bajarlas aún más para extraer con total confianza sus prestaciones. Llegamos a 1,4 bar en cada rueda, y observamos que el compromiso entre comodidad/absorción y agarre ha sido excelente, sin llegar a mostrar flaquezas a la hora de trazar, algo que en ocasiones sucede cuando apoyamos fuerte en curvas o bombeamos el manillar para hacer un bunny hop o superar un escalón.
Como colofón, podemos decir que Hutchinson ha logrado un modelo, tal y como se propusieron, de alto rendimiento, capaz de soportar sin problema las exigencias de la competición. Se trata de unos neumáticos que desde luego podrán luchar por colarse entre los mejores modelos del mercado para Enduro y también para eMTB.
