Medir la cantidad de potencia que eres capaz de producir y mantener sobre la bici es sin duda la mejor forma de valorar la condición física de un ciclista a día de hoy. Y lo bueno es que con los actuales medidores de potencia esto se puede hacer en todo momento. Es como tener un pequeño laboratorio de esfuerzo en la bici, puesto que junto con la frecuencia cardiaca nos proporciona una información muy útil si nuestro objetivo es medir y mejorar nuestro rendimiento. Aunque en MTB todavía son un poco escasos, en el ámbito del ciclismo en carretera cada vez son más utilizados estos dispositivos, cuyo mayor inconveniente es el precio a día de hoy.
En cuanto a cómo usarlo, lo primero que conviene realizar es un par de test para conocer nuestro estado de forma actual. Lo más frecuente es un test máximo 20 minutos, a ser posible, siempre en subida para ayudarnos en el esfuerzo. Una vez sabemos la potencia que somos capaces de producir durante 20 minutos, calcularemos el 95% de esa cifra para establecer lo que sería nuestra intensidad de referencia, el umbral funcional, que se define como la mayor potencia que somos capaces de generar durante una hora. Conociendo este dato, calcularemos unos porcentajes sobre el mismo para entrenar.
El problema de los vatios es que su valor instantáneo es muy variable, mucho más que las pulsaciones, y por lo tanto, lo más práctico es trabajar con la potencia media y/o la denominada potencia normalizada. De este modo, lo que debemos hacer es ir marcando laps o cronómetros parciales en los diferentes tramos de nuestras salidas, sobre todo en las subidas. Y así iremos visualizando la potencia media que llevamos en la subida que estemos haciendo. En cuanto llevemos unos pocos días entrenando con vatios ya tendremos una idea bastante buena de la intensidad a la que solemos rodar o subir, y el reto que habrá que marcarse es ser capaz de hacer las subidas moviendo más vatios.
El único problema de la potencia media es que si llegamos a una bajada y dejamos de pedalear el valor va a caer en picado y no va a reflejar la intensidad a la que hemos hecho una subida. Por este motivo, existe una métrica que sirve para compensar las caídas de la potencia media en bajada: la potencia normalizada, que nos indica el equivalente a lo que sería la potencia media si el esfuerzo que hiciésemos fuese a intensidad constante. Debemos usar esta métrica para valorar la intensidad media de una salida.
El mayor partido del medidor de potencia es el análisis de los datos registrados en el entrenamiento, por lo que es imprescindible tener cierto conocimiento de algún software de análisis de potencia. Nosotros recomendamos Training Peaks o Golden Cheetah.
Texto: Yago Alcalde. Ciclismo y Rendimiento