¿Cómo mejorarías la Canyon Lux actual? Esa es la pregunta que desde el departamento de ingeniería de la marca germana le formularon a Alban Lakata y al resto de componentes del equipo Canyon Topeak Factory Racing, especialistas en carreras maratón y ultramaratón. La respuesta fue contundente: “poder llevar dos bidones de agua grandes, esto nos ahorra mucho tiempo en los avituallamientos, además podemos hacer un entrenamiento normal de 3 horas sin preocuparnos del agua”. Y con esta idea en mente, en las oficinas de Koblenz se pusieron manos a la obra para dar vida a una nueva Lux, reestructurada hasta su último tornillo.
Aunque Canyon es el fabricante de bicicletas más ligado a la imagen de venta directa a través de internet, sus orígenes hay que buscarlos lejos de los servidores, la fibra óptica y las redes wifi. Las carreras son los cromosomas que han dado forma a la trayectoria de la marca, cuando los hermanos Arnold acudían a las competiciones con su pequeño remolque cargado de componentes que allí vendían. Hoy la imagen de Canyon es indisoluble de la alta competición, ya sea con las Ultimate del equipo Movistar de carretera, las Sender de DH o la Strive de Enduro.
Y la Canyon Lux de Cross Country/maratón, la bici que tras meses de rodar con más o menos disimulo en carreras como la Andalucía Bike Race, Cape Epic e incluso en la Copa del Mundo comandada por el joven Mathieu Van der Poel o Pauline Ferrand-Prevot, por fin ve la luz definitivamente, presentada en Girona en vísperas de la feria Sea Otter Europa.
180º
El giro que Canyon ha dado con la Lux ha sido completo, modificado el sistema de suspensión para hacerlo más compacto, pasando del amortiguador ubicado por encima del pedalier a un diseño “plano”, pasando a estar alojado por debajo del tubo superior, logrando así espacio suficiente para dos bidones de agua grandes (800 ml es la cifra que han tomado como referencia) incluso en la talla más pequeña de las cuatro que se fabrican, todas en 29”.
Además estos cambios logran hacer un cuadro más ligero, al ser un tipo de sistema que requiere menos material que antes, y que recibe menos estrés de cargas cuando se encuentra en pleno funcionamiento.
Y ya puestos a modificar casi desde un folio en blanco, han dotado al cuadro con una línea mucho más agresiva y en la línea estética del resto de modelos más recientes, como el Nerve. Obviamente el peso ha jugado un papel clave a la hora de modificar los pilares maestros de la bici, y todo el trabajo realizado no ha perdido de vista en ningún momento el peso contra la báscula, sin sacrificar la durabilidad o resistencia como es la norma en la casa alemana. Fabricado en dos tipos de carbono según montaje, SLX y SL, ambos de alto módulo, el peso del primero es de 1.662 g (talla M, sin amortiguador) y anuncia un peso de menos de 2 kg con amortiguador y cableado del mando remoto, siendo el peso del SL de 1.852 g (talla M, sin amortiguador).
Para que este nuevo diseño haya podido ser posible tal y como lo han planeado, la bieleta juega un papel fundamental. Construida de aluminio y con un tirante de refuerzo de acero en su interior, su peso no se dispara pese a estos materiales ya que su forma es extraordinariamente compacta, de hecho, un espacio tan reducido hacía imposible trabajar con carbono sin renunciar a una mayor flexión, de ahí el uso de estos metales. Además, con ello instalan los rodamientos directamente en la bieleta de aluminio y no en el cuadro, minimizando el riesgo de dañar el carbono al tener que sustituirlos o al desmontarlos para hacer los mantenimientos. Con todo ello, el peso se ha reducido de 112 a 42 g, haciendo que el sistema de suspensión en conjunto se aligere 144 g (un 38%) respecto a la versión precedente.
El hecho de introducir metal en el cuadro en determinados puntos clave, es una forma, según Canyon, de reducir el peso total, permitiendo reforzar con menos material zonas críticas que requerirían una gran cantidad de carbono para ello, con mayor peso, como ocurre los puntos de giro de la suspensión o en el anclaje de freno trasero.
En éste último han apostado por el estándar Flat Mount (más que pequeño que un Direct Mount normal), que consigue también hacer esa zona más compacta y liberar a los tirantes “Flex Stays” de cargas, ya que la función de éstos es precisamente flexar para actuar como un punto de giro más de la suspensión y lograr alcanzar los 100 mm de recorrido. No obstante, el anclaje trasero es compatible con frenos Direct Mount, y se podrán montar discos de 140 o 160 mm.
CUESTIÓN DE MOVIMIENTO
Tanto los modelos SL como SLX, ambos de carbono (no existirá ninguna versión de aluminio) están diseñados para ser usados únicamente con transmisiones monoplato, nada de poder montar desviador y doble plato, y prácticamente todas (excepto la CF SL 7.0 Race con Shimano XT de 11 velocidades) con 12 piñones traseros. Sí, has leído bien, incluso la más económica, la CF SL 6.0 Pro Race (2.599€) vendrá de serie con el nuevo SRAM Eagle NX de 12v.
Canyon ha apostado de pleno por este sistema para poder ajustar el comportamiento de la suspensión trasera para un único plato, optimizando el anti-squat con una precisión más alta (es decir, reduciendo la influencia de la tensión de la cadena sobre el basculante), idóneo para un tamaño de plato de entre 34 y 38 dientes. Han perseguido por tanto la máxima eficiencia, pero sin renunciar a la comodidad y a la tracción de la rueda trasera en terrenos accidentados, los que probablemente encontraremos en carreras de maratón y por etapas, además de los numerosos Rock Garden que abarrotan los circuitos agónicos de XC, por lo que se ha buscado una buena sensibilidad en el inicio del recorrido, algo que se maximiza aún más gracias a la longitud del amortiguador (210 x 55 mm), bastante largo para tratarse de una bici de XC. Así, la cinemática sigue una curva sensible al inicio, estable en todo el tramo intermedio, y algo progresiva al final, un funcionamiento habitualmente visto en bicis de mayor recorrido.
De hecho, una de las mayores virtudes que encontramos en la Lux es que absorbe con mucha facilidad las pequeñas irregularidades del terreno, por encima de otras muchas bicis de XC dobles del mercado, con un accionamiento muy suave. Johannes Thumm, ingeniero responsable de la Lux, nos recomendó un sag de entre el 20 y el 25%, para movernos desde un comportamiento más firme y de carreras de XC en el primer caso hasta un tacto más sensible y juguetón en el segundo caso. La solución salomónica de BIKE: dejarlo en un 22-23%, con el comportamiento más equilibrado posible, donde aún se sigue mostrándose una bici sensible. De hecho, Alban Lakata nos confirmó llevar un sag de 25% normalmente.
Todas y cada una de las Lux vienen de serie con bloqueos remotos de ambas suspensiones, para lo cual el amortiguador se ha invertido en su posición para una entrada del cable lo más directa y limpia posible.
COMO BUENAS HERMANAS
La geometría lanzada en la Exceed rígida es a día de hoy todo un éxito en Canyon, muy bien valorada por los usuarios y corredores y no solo para un uso puramente XC, sino también para Maratón. Por tanto, ¿por qué no usarla también en la Lux? Y eso es lo que han hecho. La posición de la Lux es muy próxima a la de la Exceed, y una vez consumimos el sag de las suspensiones, es milimétricamente similar. Esta es una ventaja para los corredores como Mathieu Van der Poel, Alban Lakata y compañía, ya que pueden intercambiar rígida por doble sin acusar prácticamente el cambio de postura.
La Lux SLX “en reposo” tiene un ángulo de dirección 0,5º más vertical (70º), que se convierten en 69,5º en posición de pedaleo, exactamente los grados que presenta la Exceed. Y conviene especificar la diferencia entre las SLX y las SL, ya que éstas últimas, además de tener un carbono algo más pesado y económico, también vienen todas montadas con horquillas de 110 mm de recorrido (100 mm en las SLX), lo que hace que su geometría se vea también relajada en 0,5º más. Respecto a la Lux precedente, se ha alargado su Reach (longitud del triángulo delantero) en 20 mm, las vainas se han acortado 15 mm (ahora de tan solo 435 mm) y todas montan potencias de 80 mm para compensar este mayor crecimiento del cuadro.
PEQUEÑOS DETALLES
¿Cómo redondear aún más el resultado de esta bici? Ateniendo a pequeños detalles que otras marcas pasan por alto. Por eso han instalado el cierre Quixle ya introducido en las Spectral, ocultando la palanca en el interior del eje cuando no es necesaria, han diseñado un guiacadenas minimalista de tan solo 4,6 g que evita que la cadena caiga hacia el cuadro y es ajustable desde 30 a 38 dientes, además de un protector de vainas muy silencioso y absorbente de 8,2 g de peso.
Todo el cableado es completamente interno, con una estética muy limpia y discreta, y todos van guiados por el tubo diagonal excepto el del bloqueo del amortiguador. Para facilitar la instalación, una funda de plástico flexible recorre el cuadro desde la zona del pedalier hasta la salida del cable de cambio y latiguillo en las vainas, permitiendo deslizar los cables por dentro y ahorrar tiempo y esfuerzo. El protector del tubo superior Impact Protector Unit sigue presente para evitar que el manillar pueda dañar el cuadro en caso de caída.
Como curiosidad, no estará preparada por ahora ni para las suspensiones electrónicas Live Valve de Fox ni para transmisiones electrónicas Di2 de Shimano. En el primer caso debido a que no les han ofrecido, según Canyon, las garantías suficientes para que su entrada en el mercado vaya a ser inminente. En el segundo caso, creen que una transmisión monoplato no se beneficia tanto de la tecnología electrónica del Di2 como un doble plato, pudiendo optar por cambio mecánico más ligero (además de que el XTR 12 v de 2019 no existe aún en versión Di2). Y aunque esto no lo hayan dicho ellos, supone un guiño al futuro electrónico Wireless de SRAM, el que tendrían puestas todas sus miradas para los montajes futuros.
PODIUM ASEGURADO
Tras varias horas atravesando los senderos de Girona en los que tuvimos la visita de alguna que otra tormenta, nos quedó claro que a la hora de sobrepasar los pequeños baches, piedras, raíces, regueros, rocas resbaladizas... la Lux tiene una dulzura por encima de lo que acostumbran los sistemas de suspensión de XC tópicos y habituales, sin una interferencia con el pedaleo palpable más allá de cuando aceleramos nuestra cadencia para sobrepasar repechos de gran pendiente o cuando pedaleamos de pie con mucha fuerza. Quizás su comportamiento está más en la línea de una bici de maratón que de XC “puro y duro”, aunque es una primera impresión que requiere de más tiempo de pruebas con la Lux.
6 son los modelos que se ponen a la venta hoy mismo en su web www.canyon.com, 4 de ellos de la gama SL y 2 de la gama SLX. Con un rango de precios que va desde los 2.599€ del modelo CF SL 6.0 a los 5.999€ del modelo CF SLX 9.0 Race Team, con un peso declarado, tija telescópica incluida, de 10 kg.